Lowlands 2016 – 19 de Agosto 2016 (Walibi – Biddinghuizen)

El pasado fin de semana se celebraba en el recinto habitual de Biddhuizen la vigésimo cuarta edición del Lowlands, uno de los festivales con más prestigio del panorama europeo y que tenía como principales cabezas de cartel a Muse, Disclosure y LCD Soundsystem para cada una de sus tres jornadas.

En lo que a nombres se refiere, la jornada inaugural derrochaba calidad por los cuatro costados, y ya desde primeras horas se podía disfrutar de conciertos como los de Tom Odell, AlunaGeorge o Jake Bugg. Desgraciadamente, debido a nuestras obligaciones laborales, nuestra llegada a los terrenos del festival fue posterior a ellos y el primer concierto de esta edición para nosotros iban a ser los sudafricanos Die Antwoord. En un show muy parecido tanto en escenografía como en actitud al que pudimos disfrutar hace ya dos años en la misma carpa, Yo Landi y Ninja intercalaron algunos de los temas de su nuevo disco Mount Ninji and da Nice Time Kid como “Banana Brain” y “Daddy” con sus éxitos para masas como “Pitbull Terrier” o “I Fink U Freeky”, con el que una carpa ávida de ritmos acelerados se volvió loca.. Sin casi descanso, los locales John Coffey desatarían una tormenta parecida instantes después en la carpa Bravo, la tercera en importancia del festival, con su mezcla de rock y punk que les ha llevado a ser uno de los protagonistas en la temporada estival de festivales europeos. Con su líder David Achter de Molen como perfecto maestro de ceremonias, saltando al público cada dos por tres e interactuando continuamente con el resto de miembros de la banda, los holandeses ofrecieron uno de los shows del festival atreviéndose incluso a realizar una más que acertada versión del “Guerilla Radio” de Rage Against the Machine.

Pese a que la leyenda del techno Paul Kalkbrenner congregó a una buena legión de seguidores en el escenario principal, tras 20 minutos decidimos cambiar su propuesta algo monótona y con unos bajos excesivamente potentes por las guitarras de los británicos The Kills, y para nuestra desgracia, la suya fue una de las actuaciones más decepcionantes el dia. La aparente desidia de Jamie Hince y los altibajos en la voz de una Alison Mosshart que deberia preocuparse mas de lo musical que de lucir para los fotógrafos o instagramers de primeras filas, deslucen una propuesta basada en los riff potentes y las voces desgarradas que en el festival holandés carecieron de fuerza y rabia. El trío de decepciones encadenadas se cerraría con esa pequeña familia ambulante que son Edward Sharpe and the Magnetic Zeros, donde su líder Alex Ebert tomó un protagonismo excesivo durante buena parte del show, en el que no solo se echó en falta el contrapunto de la voz de Jade Castrinos, que dejó hace un par de años la banda, sino también una mayor presencia de la decena de instrumentos que había sobre el escenario. Más allá de su hit “Home”, coreado al unísono por toda la carpa, solo la magnífica versión del “Instant Karma” de John Lennon sobresalió del sopor general.

Menos mal que las americanas Warpaint nos sacaron del letargo de las últimas dos horas con un conciertazo en la pequeña carpa India. Con un sonido excelente, en el que destacaron especialmente los precisos ritmos a la batería de Stella Mozgawa, la contundencia y fuerza de las americanas conquistó a una audiencia que prefirió su mezcla de Dream pop y Art rock a los ritmos fáciles de Oscar & The Wolf en el escenario principal y que vibro con temas como el nuevo tema “New Song” (valga la redundancia) o la impresionante “Undertow”.

Y tras ellas llegaba el solapamiento más doloroso de los tres días de festival, un duelo entre bandas escocesas que hizo que los dos redactores de Indieofilo optásemos por caminos diferentes.. Por un lado Chvrches, que llenaron llenaron la carpa Heineken con un espectáculo de synthpop de una calidad excelente y en el que destacó la evolución de una Lauren Mayberry increíble, que ha pasado de ser la joven tímida que apenas se movía sobre el escenario hace ya cuatro años en el Pitch festival de 2013 a una auténtica líder capaz de mover a las masas. Con un setlist perfecto en el que no se dejaron ninguno de los hits que llenan sus dos discos de estudio, el suyo fue uno de los conciertos del festival, dejando para el recuerdo un final increíble con una entrada a capella de “The Mother We Share”.

A apenas 500 metros de allí, sus compatriotas Biffy Clyro ofrecían otro de los shows del festival, demostrando que el solapamiento y el hecho de no actuar en el escenario principal, fue un gran error por parte de la organización. Es cierto que la mayoritaria presencia de temas de su nuevo disco Ellipsis en la primera mitad del concierto, donde solo “Wolves of Winter” y “Animal Style” consiguieron enganchar al público, y una sosa interpretación acústica de “Medicine” en solitario a cargo de Simon Neil, fueron una pequeña losa para un inicio con demasiados altibajos, pero en cuanto sonaron encadenadas “The Captain” y “Mountains”, toda la carpa cayó rendida a sus pies. Aún habría tiempo para un final apoteósico con “9/15ths”, “Many of Horror” y “Stingin’ Belle”, donde el trío demostró el porqué hoy por hoy tienen uno de los mejores directos del panorama y nos dejan con los dientes largos a la espera de la gira por salas de este invierno.

El plato fuerte de la noche estaba a punto de llegar y la carpa Alpha presentaba un lleno hasta la bandera para recibir a Muse. Con una cuidada escenografía donde destacaba una espectacular pantalla central, el trío salió al escenario al son de las órdenes militares que se escuchan en «Psycho», lo que nos hacía temer un monólogo de su último disco Drones, pero para nuestra sorpresa los primeros 30 minutos supusieron una vuelta al pasado donde pudimos disfrutar de “Plug In Baby”, “Hysteria” ( con riff del “Back In Black” de AC/DC incluido) o “Supermassive Black Hole”. A partir de aquí, continuos claroscuros mezclando temas recientes totalmente prescindibles como “Madness”, “Dead Inside” o “The Globalist” con éxitos como “Starlight” o “Uprising”, dejando para el final su vena más épica con “Mercy” y “Knights of Cydonia”, donde sorprendieron los acordes iniciales de “Man With a Harmonica” de Ennio Morricone. Independientemente de que su show fuese un éxito absoluto para el 90% de un público al que poco le importaba los temas interpretados (y probablemente también lo musical), sorprende el poco peso en el setlist de sus dos primeros álbumes, relegando al olvido esa maravilla que fue su disco de debut Showbiz. Así pues, ahora que la banda ya goza del beneplácito total del gran público, parece difícil que podamos disfrutar de un concierto similar al mítico Hullabaloo y tendremos que conformarnos con las pequeñas píldoras de calidad que nos regalan en estos masivos shows festivaleros.